lunes, 9 de diciembre de 2013


 llegue a tu vera

cuando remansado estabas,

eran cristales tus aguas quedadas,

los lirios del valle en ellos se miraban,

y yo,  a tu lado, tan pequeña me quedaba.

¡Quise ser la garza que te sobrevolaba!

¡quise ser el cauce que te abrazaba!

Quise embeber la fuente

 de tu hermosura.

Río Ebro.

El alma me robas,

con mirarte.

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